jueves, 12 de julio de 2012

Cuento: La magia del pimpollo de rosa





LA MAGIA DEL PIMPOLLO DE ROSA












El bosque Florido podía parecer aparentemente un bosque normal. Como en todos los bosques habían muchos árboles, innumerables flores y muchos pequeños animales. La magia de este bosque se escondía en un pimpollo de rosa. cada vez que el pequeño conejo Lillo, el fiel guardián, se acercaba, la rosa brotaba y todo el bosque resplandecía de una luz extraordinaria. Sobre aquella rosa surgió un pequeño castillo habitado por la reina Ginebra, la encantadora hada con largo pelo de oro.
Su bellezza,su disponibilidad y su alegría le permitieron  adquirir este importante encargo y de ser querida por todo su pueblo.
No todos la querían. Alguien tramò en la sombra.. fue el pérfido ogro Bo, envidioso de la reina y del espléndido paisaje de su bosque, a diferencia de su morada triste y oscura , resplendecía por la fantástica luz cristalina del sol. Todos temían al gran ogro Bo porque muchas veces los amenazó advirtiéndolos que los habría transformado en golosinas gomosas, de las que era muy glotón, en caso de que no se hubieran alineado de su parte. Mientras tanto la vida en el bosque procedía tranquilamente y todos se preparaban al gran día: el cumpleaños de la reina Ginebra. Se organizaron banquetes, bailes y juegos en honor de la reina. Mientras tanto el ogro Bo espiaba los preparativos desde su escondite y, al ver todo aquel entusiasmo su envidia creció siempre más, tanto que decidió aprovechar la ocasión del cumpleaños para capturar a todo el pueblo y obligarlo a no apoyar a la reina.
El día del cumpleaños tan deseado, por fin llegó y el sol surgió sobre el bosque Florido.. El pequeño conejo Lillo se acercò al pimpollo de rosa mágico. Mientras tanto todo el bosque se iluminó, la flor brotó una vez más y todo el pueblo aplaudió a la bonita reina Ginebra. Empezó la fiesta.
La música conquistó a todos, hasta Lillo y los otros guardianes apartaron la atención de su trabajo. Fue justo en aquel momento que el ogro Bo decidió llevar a cabo su proyecto: entró en el bosque encantado junto a todo su ejército de duendes y en un momento secuestró el pueblo de la reina y lo llevó a su escondite.. ¡Pobre reina! Siempre fue circundada por muchas personas que la adoraban pero ahora, alrededor de ella sólo fue desolación..-"¿Qué haré ahora?”se preguntó. Una larga semana pasó. El pimpollo de rosa brotó una vez más después de siete largos días gracias al guardian Lillo. La reina pensó entonces que toda la pesadilla se había acabado de repente y en cambio no.
El guardián Lillo le dijo: "Ginebra, ya sobre el bosque Florido reina el ogro Bo “. La reina sin decir alguna palabra se fue ... se sintiò sola, pero no traicionada.. supo que lo acontecido era sólo debido a las amenazas de aquel horrible ogro!
Una vez exiliada, del pueblo volvió a su bosque. Desde ese momento el día ya no transcurría libre y feliz porque el ogro prohibió todo tipo de diversión. Fue este el motivo que suscitó en el pueblo las ganas de luchar para recobrar a su reina.
Surgió el sol y el conejo Lillo fue al bosque para recoger las nueces.
Llegó hasta el confín donde encontró a Ginebra . Los dos fueron muy contentos al encontrarse y Lillo le contó lo que ocurrió en el bosque. Entonces la encantadora hada , muy apenada por su pueblo se animó y decidió de afrontar al ogro. ¿Pero como hará Ginebra a hacerle entender con las buenas maneras que someter a las personas para alcanzar un propio objetivo está equivocado?!? El único modo sería hacerle probar al ogro la misma situación.
Por fin llegaron al bosque encantado que ya no resplandecía más de aquella fantástica luz , pero sí había  una tenebrosa sombra.
Todos estaban muy entusiasmados en volver a ver Ginebra y en su corazón esperaban su victoria contra el ogro. Este último cuando vio Ginebra reaccionó arrogantemente. El pueblo cansado ya de esta situación, que duraba meses, se rebeló aislándolo.
La reina sabiendo cosas, quería decir ser abandonados por el propio pueblo, le dijo: - "Someter no quiere decir hacerse aceptar.. ¡Para ser querido y estimado sólo se necesita ser uno mismo y comportarse bien con el prójimo!"-. El ogro Bo conmovido por estas palabras, pidió perdón a todo el pueblo y sobre todo a Ginebra, que volvió a ser de nuevo reina. Satisfecha por haber cambiado la mala actitud del ogro decididió, en lugar de castigarlo, de acogerlo en el bosque Florindo.
¡La magia del pimpollo de rosa por fin pudo volver a dar una fantástica luz al bosque encantado!
Este mágico cuento nos quiere hacer entender que hace falta comportarse como queremos que los otros se comporten con nosotros. ¡Se debe ser siempre así y en todo caso respetar al prójimo, aunque quien esté frente a nosotros sea un poco presumido!



Alumnas del Colegio



Instituto Magistrale Tommasso Gulli" de Reggio Calabria.





Maria Alessandra Chinnì IV BP

Melania Trunfio IV BP

Glora Foti IV BP

Maestra. Clara Elizabeth Báez



Reggio Calabria – Italia

cuento enviado por Clara Elizabeth Báez para participar en el concurso Contra el acoso escolar, organizado por la revista Barco de papel.




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