Apuntes sobre Arte: Los juguetes de Joaquín Torres García
(Buenos Aires) Araceli Otamendi
En oportunidad de realizarse la muestra Aladdin. Juguetes transformables de Joaquín Torres García en el Malba (año 2007) pude ver un exquisito conjunto de juguetes de madera realizados por el artista.
Aladdin. Juguetes transformables, producida por el Museo Torres García de Montevideo, Uruguay. Curada por Jimena Perera y Alejandro Díaz, la muestra reúne un conjunto de juguetes en madera pintada, bocetos, documentos de época y un pequeño teatro, con escenografías, que el artista creó para narrar historias a sus propios hijos.
Además de ser un artista rigurosamente formado y orientador seguro en la disciplina del dibujo, Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949) concretó en el diseño una de las bases definitorias de su Arte constructivo que se expresa también en sus publicaciones y en la realización de su Monumento cósmico para el Parque Rodó de Montevideo.
La creación de juguetes constituye uno de los capítulos más interesantes en la vida del artista uruguayo, artista clave de vanguardia latinoamericana e internacional, que además, se desempeñó como teórico y pedagogo buscando establecer un diálogo entre el arte y la infancia a través de formas, líneas, colores y movimiento.
Así como el pedagogo italiano Francesco Tonucci aconsejó no hace mucho tiempo en Buenos Aires: "los mejores juguetes para los niños son veinticinco kilos de barro"(1) Joaquín Torres García creía que los juguetes debían estimular la creatividad de los niños: "Voy a meter toda mi pintura en los juguetes; lo que hacen los niños me interesa más que nada; voy a jugar con ellos", afirmaba.
En oposición al juguete típico, frágil y antihigiénico, el artista uruguayo creó objetos de material noble y natural como la madera, desarmables y adaptables, que sirvieran a la necesidad didáctica de investigación psicológica y motriz del niño.
Torres García emprendió la producción de juguetes en Barcelona en 1918, donde constituyó la Sociedad del Juguete Desmontable junto a Francisco Ramblá, fabricante e industrial catalán. Allí realizó varias exposiciones de juguete y presentó la patente de su "invención para un sistema de balancines para movimientos oscilantes y de traslación", que genera el avance de los caballitos de balancines.
El juego como interpretación de lo real
El enfoque que expone Chateau: "...Se centra en el juego como actividad en la que el niño aprende y ejerce la interpretación de la representación del mundo. El autor se aproxima al juego como proceso de semiosis. Primero en la acción, luego en el gesto y finalmente en la palabra se van instaurando respectivamente los significados. El palo de escoba es lanza, fusil, caballo, etc. y en esta polivalencia del signo reside la capacidad de ir transfiriendo un significado a un comportamiento distinto cada vez, más fino e internalizado. Considera, además, que con el desarrollo del juego reglado, el niño aprende que la regulación del comportamiento posibilita el compartir y adquirir responsabilidad sobre la convención social. Pero también toma conciencia acerca de que las reglas son censuras, límites por lo que deberá controlar su voluntad en la relación con el grupo y el líder. (2).
© Araceli Otamendi
Bibliografía: (1) Francesco Tonucci en Buenos Aires - nota de Araceli Otamendi, publicada en Archivos del Sur . (2) Los secretos del juguete, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano | |
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Imágenes de Joaquín Torres García, muestra Aladdin. Juguetes transformables en el Malba.
los juguetes son bellisimos, me encantan los de madera
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